sábado, 11 de julio de 2015

Travesía Torca Fría - Cueva del Lobo

Participantes: Carlos Heras, Carlos Aranda, Rubén y la que escribe, Pilar


A pesar de no ser una travesía de mucha dificultad técnica, Torca Fría - Cueva del Lobo no es recomendable para espeleólogos con poca experiencia ya que los meandros desfondados le confieren una alta dificultad psicológica. Mi eterna lucha con los desfondes me había hecho evitarla hasta convertirse en la última de las 40 integrales cántabras que me quedaba por hacer...así que no quedaba otra, a por ella :).

Unos meses antes habíamos entrado por Cueva del Lobo hasta el Meandro Negro para comprobar el estado de las cuerdas, refrescando así el camino de vuelta en esta zona de la cueva, que es donde más pérdidas suelen producirse. 

Como siempre, el sábado madrugamos y nos dirigimos a la carretera que sube desde Arredondo al Puerto de la Sía, donde dejamos los coches aparcados en un ensanchamiento a la izquierda de la carretera. Justo enfrente aparece una pista que es la que debíamos coger. El camino a la boca de Torca Fría es de aproximadamente 1 hora y lo hicimos sin contratiempos, ya que lo conocíamos de la vez que fuimos a Valturón. Llegados a la torca, nos cambiamos rápidamente y para dentro.


El inicio es una sucesión de pozos, de 12, 21 y 35 metros, el último de los cuáles no hay que descender hasta el final (en su base todavía persiste un nevero), sino introducirnos por una fisura vertical ascendente algo estrecha e incómoda de subir. 



Tras la estrechez bajamos 5 metros y cruzamos un pasamanos que nos deja en el Meandro de la Carpeta Verde.
Este meandro al principio cómodo, empieza a desfondarse progresivamente teniendo que avanzar en oposición por su parte más superior. 


En otro tramo el meandro se ensancha apareciendo falsos suelos. 


Y más adelante aparece una gran desfondamiento asegurado con cuerda. 


Poco a poco fuimos avanzando hasta llegar a un cruce de 4 galerías, donde tomamos la Galería de los Minusválidos. Al inicio de esta galería se puede observar una costra de yeso por las paredes y el techo, que al caer y deshacerse se convierte en un polvo blanco y brillante que recubre todo el suelo, algo realmente espectacular. 


El avance por esta galería es rápido y cómodo comparado con la Galería de los Minusválidos. 


Sólo un pequeño pasamanos, algo atlético, trunca esta comodidad.



Seguimos avanzando hasta topar con una zona donde las paredes empiezan a ennegrecerse. Habíamos llegado a la Sala del Carbón. 


Allí hicimos una pequeña pausa para comer algo, pero breve porque el frío de esta cueva se hace contigo rápidamente.

Tras el descanso nos pusimos en marcha, el camino hasta la calle estaba reciente de hacía unos meses, así que casi sin darnos cuenta aparecimos en la Sala de la Cabra, punto que ya habíamos visitado durante la travesía de Valturón - Cueva del Lobo. Sólo nos quedaba recorrer la impresionante Galería del Flysch de enormes dimensiones...


...y más adelante introducirnos por la grieta que tras un corto meandro nos llevaba a la salida, Cueva del Lobo. 


Tan sólo 6 horas después volvíamos a ver la luz del sol, con una gran sensación de satisfacción por haber superado e incluso disfrutado intensamente de esta gran travesía.