martes, 30 de agosto de 2016

Travesía SR 7 - SI 44 (Hayal de la Ponata)

Participantes: Pilar y el que escribe, Carlos Heras


Ya hacía más de cuatro años que nos habíamos interesado por este impresionante sistema y un par de ellos que lo visitamos por primera vez por su entrada más conocida el “Hayal de la Ponata”.
A lo largo de este año habíamos intentado en varias ocasiones descender la sima denominada SR-7 para echar un vistazo al paso sifonante y de esta manera poder realizar la travesía con éxito. El mal tiempo que suele hacer en esta zona siempre nos lo había impedido así que decidimos emplear dos días para poder acometer la travesía sin enfrentarnos al sifón que todavía no conocíamos. El plan era sencillo, el primer día instalaríamos la salida por el Hayal y después instalaríamos en fijo la SR-7 por si el sifón no estuviera abierto. En caso de estarlo realizaríamos la travesía y el segundo día, si todo había ido bien, desinstalaríamos la vertical y a casita. Recientemente habíamos visto una publicación la cual mencionaba que la SR-7 se encontraba instalada en fijo, como dudábamos que fuera cierto seríamos previsores y echaríamos cuerda para instalarla entera.
Por fin llegó el día esperado y, como es costumbre en Sierra Salvada, amanece con niebla y con el suelo mojado, lo cual nos complica el acceso a la cueva. Llegando a la zona con más desnivel, decidimos descargar el coche y portear el material a mano ya que éste patina en una de las fuertes pendientes. Una vez llegamos a la parte alta nos dirigimos a la SI-44 para instalar el pozo de salida y echar un vistazo a las cuerdas de los pozos cercanos a esta entrada, que al ser de subida, o están en fijo o si no también tendríamos que instalarlos. Una vez terminamos con la primera parte del trabajo nos desplazamos hasta la SR-7 donde preparamos el resto del material. Como sólo éramos dos y al ser necesario el neopreno, las sacas van a reventar. De hecho, llevamos material fuera de ellas porque es imposible meterlo todo dentro. 


Una vez listos, comenzamos a descender la vertical, la cual, en mi opinión es muy bonita, pero no me gustaría conocerla en carga ya que es un río muy vertical.


Como nos imaginábamos, la vertical no está en fijo en su totalidad. Debemos tener cuidado con las fuentes de información que utilizamos ya que hay gente que publica datos sin contrastarlos con la realidad.
Una vez abajo, nos dirigimos rápidamente hasta el paso sifonante, que se encuentra próximo. Para acceder al sifón es necesario ponerse el neopreno ya que antes de que puedas verlo nos encontramos con una gran marmita profunda, así que manos a la obra. Para evitar mojarnos los dos en caso de no poder cruzar el paso, primero me acerco yo y compruebo, al momento de cruzar la marmita, que el paso está abierto unos 10 centímetros más o menos. 


Rápidamente regreso para avisar a Pilar y cruzamos el sifón sin complicación como dos rayos, ya que el agua está muy fría. 


Decidimos continuar con el neopreno puesto pues nos disponemos a recorrer la galería denominada río Kobata que según la topo puede tener marmitas y con el neopreno avanzaremos más deprisa. 


A lo largo de río Kobata nos encontramos varios resaltes y pozos incluso de 20 metros que se entremezclan con marmitas, río y algunas zonas más secas. La verdad es que el río es impresionante pero no nos imaginábamos que fuera tan largo.
Por fin llegamos a la escalada de 23 metros donde decidimos quitarnos el neopreno que nos ha venido muy bien pero que empieza a ser una pesadilla. Tras cambiarnos de ropa y ascender por la cuerda, recorremos el río Ponata. 


A partir de aquí nos encontramos con zonas de río, zonas más fósiles, 


alguna gatera y sobre todo meandros espectaculares que recorreremos unas veces en oposición...


... y otras por su parte más baja. 


Como meandro sobre todo destacar “la Paulova” y como pasos característicos, “el Paso del Vizcaíno” y “la Gran sala”. Después de recorrer la galería Paulova solo nos quedan los pequeños pozos de salida aunque ya sabemos que también tenemos un estrecho meandro que no nos lo va a poner nada fácil. 


Sin prisa pero sin pausa llegamos por fin al último de los pozos que nos llevará hasta la calle tras 8 horas desde que entrabamos por la SR-7.


Como solamente disponemos de un coche nos toca realizar el regreso a la sima andando por las pistas de Sierra Salvada. El camino de vuelta es largo y además una espesa niebla nos dificulta un poco la orientación por esa maraña de caminos. Tras algo más de una hora llegamos al coche, deseando cambiarnos de ropa y echar una cerveza antes de echarnos a dormir que al día siguiente tendríamos que desinstalar la vertical.

A la mañana siguiente tras desayunar rápidamente, nos ponemos de nuevo el traje de faena y en poco más de una hora entramos y salimos de la SR-7 con todo el material que habíamos dejado en fijo el día anterior. Destacar que la cueva es impresionante y felicitar al club Alavés por el tremendo trabajo de exploración que han realizado en este enorme sistema.

sábado, 20 de agosto de 2016

Cubada Grande

Participantes: Pilar, Rober, Marcos y el que escribe Carlos


Hacía ya muchos años que andábamos detrás de visitar este impresionante sistema, pero por unas cosas u otras, siempre se quedaba en el tintero. Pilar y yo decidimos no posponerla más allá de este año, así que aprovechando otra salida del club, fuimos a buscar la boca de entrada de la denominada CM-20 en el día de descanso. La cosa parecía coger forma y ya solo quedaba ponerle fecha.
Parecía estar todo decidido, el 7 de mayo subimos Pilar, Gabri y yo con todo el material necesario para afrontar la visita de la Cubada Grande. Sin embargo la cosa no pintaba muy bien, ya que al llegar al aparcamiento vimos a varios chavales con esquís de travesía. Decidimos no coger el material e ir a ver si la entrada era practicable, no fuera que cargásemos con todo para nada. De camino a la boca comprobamos que unos crampones no nos hubieran venido nada mal y al llegar a la entrada de la sima nos quedamos con la boca abierta al comprobar que se encuentra a tres o cuatro metros bajo la nieve. La cosa era sencilla, a otra cosa que esto de aquí no se mueve.
Habiendo fallado en el primer intento decidimos esperar a que llegara el verano para asegurar el golpe. En esta ocasión decidimos entrar el día 20 de agosto.
Quedamos temprano en el pueblo de las Machorras con los compañeros Marcos y Rober de la AEM Trasmiera, nada podía fallar ya que el día estaba espectacular. Desde aquí nos dirigimos al aparcamiento situado a los pies del Castro Valnera, donde nos cambiamos de ropa y preparamos todo el material. Rápidamente recorrimos el ya conocido camino hasta la CM-20 mientras contábamos a Marcos y Rober la cantidad de nieve que nos habíamos encontrado la otra vez que estuvimos. En poco más de media hora llegamos hasta la entrada donde ultimamos los preparativos referentes al material y al orden de entrada. Por fin había llegado el día. 


Empiezo a instalar seguido de Pilar y Rober, Marcos se queda cerrando el grupo, la sima es bonita y enseguida descendemos los dos primeros pozos.


Tras descenderlos nos encontramos una rampa de piedras sueltas y en su final avanzamos por la izquierda de una cornisa. Un pequeño meandro algo recogido nos guía hasta un paso estrecho desfondado. Desde aquí empezamos a montar un pasamos y tras rapelar un pequeño pozo llegamos a una salita. Nuestro objetivo aquí es encontrar el “Pozo Directo” que tras 50 metros de vertical nos sitúa en la “Galería de los Ahivas”. Continuamos por una galería hasta dar con el pozo. Su descenso es espectacular, 


pues su ojo es perfectamente circular y se baja en volado en su totalidad. 


Una vez abajo, avanzamos por la Galería de los Ahivas en dirección a la Galería de los Cristales. 


Estar en esa galería se asemeja a estar en el interior de una geoda gigante, pues los cristales de enormes tamaños aparecen por doquier.






Después de pasar varios minutos intentando plasmar la belleza de la galería en nuestras fotografías, nos dirigimos a ver la impresionante “Sala del Bloque”, 


donde aprovechamos para picar algo. Solo nos quedaba salir desmontando para disfrutar a la salida de un bonito día de verano.