lunes, 30 de mayo de 2016

Travesía Garma Bucebrón - Coventosa

Participantes: Carlos Heras, Pilar y el que escribe, Carlos Aranda


Gracias a la colaboración de Carlos y Pilar en la última campaña de exploración del AEM Trasmiera, tuvimos la oportunidad de realizar esta travesía tan espectacular y desconocida, ya que lo más normal es entrar por la sima de Cueto y salir por Coventosa, travesía que ya habíamos realizado dos veces. 
Dos días antes, habían estado Carlos, Pilar y Gabri reequipando e instalando en fijo la vertical de Bucebrón casi hasta el pozo final de 90, así que la tarea que acometíamos ahora era un poco más sencilla, pues no necesitábamos llevar apenas material de instalación y conseguiríamos dejar instalada la vertical completa, pudiéndose acabar los trabajos de topografía que estaban pendientes. Una vez bajada la Garma de Bucebrón saldríamos por Coventosa, camino que teníamos bastante controlado.
Así que desayunamos, preparamos el material y nos fuimos a dejar el coche de Coventosa, para luego remontar con el otro hasta la entrada de Bucebrón. La aproximación es bastante llevadera y en un momento estábamos frente a la estrecha boca. 


Empieza bajando Carlos, le sigue Pilar, y cerrando el grupo yo, que ya voy pensando en la estrechez que hay poco más adelante y de la que me habían hablado el día anterior . Al final no era para tanto, sobre todo siguiendo las instrucciones de cómo colocarme que me da Carlos. Continuamos bajando hasta llegar a un segundo meandro y poco a poco los pozos se van ampliando hasta llegar al de 90 metros que Carlos termina de equipar. 


Por fin llegamos a la base de la vertical y comenzamos a andar en dirección al pozo de la Navidad. El suelo se encuentra repleto de formaciones de manera que es prácticamente imposible andar sin pisarlas.


Curiosos agujeros nos llaman la atención por el camino.


Antes de llegar a él, tenemos que evitar varios desfondes, entre ellos, el pozo del Kas de 95 metros, al que un par de metros de cuerda en el pasamanos no le iría mal para evitar exponerse demasiado. En unos 45 minutos, llegamos al de la Navidad, y a partir de aquí, ya todo es conocido, bueno, para alguno más que para otros ;-). 


Bajamos el pozo y comenzamos a avanzar por la galería de la Navidad, 


...los Artistas y el Espeleódromo...



...hasta el pozo de la Unión. La verdad que esta vez, este tramo se me hizo muy ameno y eso que lo recordaba más duro de las dos veces anteriores, pero la tranquilidad de pasar por zonas ya conocidas y la buena compañía, hacen que disfrutes del recorrido y te lo tomes con más calma. 
Atravesamos la galería de las pequeñas inglesas con sus oposiciones y con la vista ya fija en la sala de la Turbina, a la que llegamos pasando por la galería de los Veraneantes, después de pasar varios pocetes y resaltes. Una vez llegados a la sala de la Turbina, enseguida nos colamos por el agujero soplador, bajándolo sin problemas y pisando ya suelo en la zona de Coventosa. 


Llegamos al cuarto lago y nos deslizamos por la tirolina, 


...que estaba en muy buen estado y tras bajar el pozo de 11 metros, nos encontramos en el tercer lago, donde habíamos dejado nuestro bote hinchable el día anterior. Nos pusimos a inflarlo sin más dilación. Comenzaron cruzando Carlos y Pilar, y yo me quedé esperando a que Pilar volviese a buscarme, con tan mala suerte, que debido a la escasa profundidad de los lagos, pinchamos el suelo del bote, haciéndose las travesías de los lagos un poco más penosas, ya que en cada viaje, nos tocaba hinchar de nuevo nuestro medio de transporte, para no acabar hundiéndonos en mitad de los lagos. Al final conseguimos pasarlos mojándonos solo un poco y con la mente puesta en la calle, así que guardamos de nuevo nuestro “yate” y salimos rápidamente en dirección a las marmitas y los Gours, ya sin tener demasiado en cuenta si nos mojábamos por los tobillos o las rodillas. 



Una vez en la rampa de salida, desinstalamos la cuerda que pusimos el día anterior y salimos al exterior, con ganas de cambiarnos y echar una cerveza fresquita y comentar las anécdotas de esta bonita travesía. 

Unos fines de semana después los miembros del AEMT acabaron los trabajos de topografía y se desinstalaron todas las cuerdas de la Garma del Bucebrón, aunque en esta ocasión no pudimos ser partícipes de este gran trabajo.


domingo, 29 de mayo de 2016

Cueva Coventosa con Ana Sobrino


Siempre me ha llamado la atención el mundo de la fotografía. Parece fácil tomar bonitas fotos de paisajes cuando vas por la montaña y los rayos del sol iluminan las distintas tonalidades de colores...sin embargo en la espeleología, la fotografía es un mundo a parte. En las cuevas solo hay oscuridad, la belleza únicamente aparece cuando consigues iluminarla. A veces la luz de tu casco no es suficiente para iluminar la inmensidad de una gran sala, o a veces, es demasiada como para captar el detalle de una pequeña formación que tienes delante... 
Hacer una fotografía buena no es fácil, aún así, no me canso de llevar siempre mi cámara compacta, a pesar de convertirme en la pesada del grupo que hace parar cada dos por tres, pero soy de las que piensa que una imagen vale más que mil palabras. Desde luego las imágenes que yo pueda sacar nada tienen que ver con las de los grandes profesionales de la fotografía, que te hacen revivir el momento, al igual que tampoco tiene que ver el trabajo que lleva conseguir cada una de ellas.
Gracias a la invitación de la grandísima profesional de la fotografía Ana Sobrino del AEMT, pudimos participar en una sesión fotográfica en la zona de Macarroni de la Cueva de Coventosa pudiendo aparecer en las fotografías como modelos.

Quedamos por la tarde en el parking de Coventosa; por primera vez el material fotográfico superaba con creces el material de instalación. Rápidamente entramos en cueva y nos acercamos a Macarroni visualizando los posibles lugares donde poder fotografiar. Cuando ya estaban decididos nos pusimos manos a la obra. Un gran despliegue de medios se abrió sobre nosotros, cámara reflex con el objetivo adecuado, trípode, disparador, flashes por doquier...no sólo es complicado iluminar sino saber dónde y cuando hacerlo. Para nosotros lo más difícil era no movernos ni un milímetro durante el tiempo necesario. Todo esto lleva su tiempo, pero el resultado a la vista está.





Gracias Ana por dejarnos formar parte durante unos instantes de tu gran pasión y de difundir, con tus fotografías subterráneas, la espeleología a todos los rincones del mundo.


viernes, 27 de mayo de 2016

Reequipación Torca de la Garma del Bucebrón

Participantes: Gabri, Carlos Heras y la que escribe, Pilar


Una de las actividades estrella durante el campamento de Semana Santa con el AEM Trasmiera era la reequipación de la Garma de Bucebrón para poder finalizar unos trabajos topográficos en dicha sima. El primer día del campamento, con las pilas cargadas y los ánimos bien altos, un grupo formado por cuatro espeleólogos nos aventuramos a la reequipación. La idea era avanzar todo lo posible, siempre cumpliendo un horario de salida que nos permitiera socializar un poco al terminar. Las últimas nieves caídas llegaban incluso hasta la boca, algo nos decía que habría demasiada agua en su interior...y así fue, después de cambiar las cuerdas y los anclajes de la entrada que se encontraban en un estado preocupante (preocupante por la afluencia de visitas que la sima había tenido en los últimos tiempos estando los anclajes en ese estado) decidimos abandonar la reinstalación a la mitad del pozo de 60 m, aproximadamente a -150 metros, debido a la cascada de agua que por bajaba por el mismo. Dejamos allí el material que llevábamos para continuar y se quitó la última cuerda dejando parte de la sima desequipada.

Este puente de Mayo, como íbamos a estar varios días por Cantabria, decidimos utilizar uno de ellos para terminar este trabajo (no nos gustan las cosas a medias, :)), así que nos pusimos en contacto con el AEMT para que nos dejaran el material que deberíamos utilizar para continuar con la equipación. En esta ocasión no podía hacer mejor tiempo, las nieves se habían ido y seguramente se encontraría todo seco. Como siempre, cargados como mulas, entre tres personas porteamos de un solo viaje todo el material hasta la boca del Bucebrón.


Tras un descanso y después de equiparnos, comenzamos a bajar por las cuerdas nuevas.


Rápidamente llegamos al pozo de 60 m donde nos habíamos quedado la última vez. En este punto la torca toma grandes dimensiones, las paredes se alejan y los pozos se hacen más profundos e impresionantes.


Después del pozo de 60 m, descendemos un pequeño pozo de unos 11 metros y nos aproximamos al siguiente de 80 metros que comienza en un pequeño pasamanos. Un desviador te sitúa en el centro del gran pozo. Carlos va delante, quitando anclajes viejos y cambiando cuerda, intentando no perder la cuerda que quita para tener la referencia del siguiente anclaje, y evitando así los péndulos. Es sobrecogedor ver en qué estado se encuentran algunos anclajes y más cuando un espesor negro se abre sobre tus pies.


Una vez en la base del pozo, recogemos la cuerda vieja y avanzamos hacia el siguiente, de unos 40 metros. Carlos hace malabares con las cuerdas y los anclajes que disponemos para tener suficiente material de instalación para toda la sima. Tras bajar este pozo y un pequeño resalte de 3 metros con las paredes algo descompuestas, damos con el meandro.


Al principio entramos en él algo desorientamos, encontramos cuerdas en fijo que protegen algún paso complicado y un largo pasamanos sobre una zona desfondada. Las paredes están repletas de formaciones...


...y de una especie de espuma blanca...parecía como si hubiera estallado un bote de espuma de afeitar.


Por fin, encontramos la continuación hacia el último pozo de 90 metros que nos sitúa en las galerías de Cueto. La cuerda de la cabecera se encontraba en el alma. Carlos comienza a cambiar cuerda mientras Gabri y yo esperamos en la cabecera. Aunque la forma de este pozo no impresiona tanto como los demás, cuando la luz de Carlos se va alejando, comenzamos a ver las dimensiones del mismo. El eco de su voz nos da una idea de la amplitud y de que nos aproximamos a las grandes galerías del Cueto. 


Se hace tarde y empezamos a quedarnos sin anclajes, así que Carlos decide abandonar la reequipación a mitad de pozo a aproximadamente -430 m de la superficie.

En unos minutos nos reunimos los tres, eran las 18:30, así que comenzamos sin prisa pero sin pausa nuestra peregrinación hacia la calle llevándonos en las sacas ahora vacías, la cuerda vieja que habíamos ido quitando en el camino. Libre tras libre vamos recorriendo tramos de cuerda hasta que 4 horas y media después salimos de la torca. Una niebla espesa nos acompañó hasta los coches, y una sensación de satisfacción a la vez que de cansancio nos recorría en cuerpo, la siguiente vez que se entrara ya se podría llegar al fondo fácilmente, hacer los trabajo de topografía y salir desinstalando. Ahora tocaba celebrarlo y descansar, además de grandes momentos nos habíamos llevado una gran paliza :).

jueves, 26 de mayo de 2016

Cueva 415

Participantes: Carlos Heras y la que escribe, Pilar Carrasco


La cueva 415 es una de esas pequeñas joyas, prácticamente desconocidas, del subsuelo cántabro. Una foto publicada en uno de los volúmenes del libro de Cantabria Subterránea nos llamó la atención por la cantidad de formaciones y nos pusimos manos a la obra en su búsqueda. Poca información pudimos encontrar acerca de su paradero, sólo que se encontraba pasado Matienzo en un desvío a la izquierda y bajando una empinada ladera. Así que unos días antes, GPS en mano y con una foto de su pequeña boca, fuimos a buscarla. Después de descender bastantes metros por el prado, dimos con ella, escondida entre vegetación y unos trozos de madera con espinos.

Aprovechamos los días de fiesta de finales Mayo para subir a Cantabria a hacer espeleo, como la cueva es cortita en su recorrido, decidimos visitarla el mismo jueves de subida. No sabíamos si necesitaríamos cuerdas o estarían en fijo, así que cogimos un par de cuerdas pequeñas y a la aventura. Como ya he dicho, la entrada es pequeña, con algo de barro y en rampa.


Tras destrepar un poco nos encontramos una cuerda en fijo que hay que bajar, más adelante una pequeña escalada nos lleva a una galería superior...


...en la que atravesamos un par de pasos estrechos. 


Tras estos damos con una sala de mayores dimensiones donde empiezan a aparecer las primeras formaciones.




Rebuscando por ella damos con un primer nido de excéntricas, impresionante el tamaño de las mismas y la forma de sierra que tienen algunas. 


Continuamos por el camino más evidente subiendo una empinada rampa de barro hasta dar con más excéntricas. 


Es increíble ver como algunas de ellas desafían las leyes de la gravedad formando figuras inverosímiles.




Después de muchas fotos continuamos avanzando en la cavidad, 


...esta vez descendiendo unos bloques hasta llegar a una sala de grandes dimensiones. Aquí las formaciones eran de menor tamaño. 



Dimos un par de vueltas por la sala hasta que decidimos retomar el camino a la calle. En tan sólo 3 horas habíamos visitado la cavidad y nos habíamos llevado unas increíbles imágenes en nuestras retinas.

sábado, 21 de mayo de 2016

IV Curso de Iniciación

Participantes: Carlos Heras, Carlos Aranda, Gabri, Rubén y la que escribe, Pilar.
Cursillistas: Cristhian y Rodrigo.


Esta primavera pasada, como viene siendo costumbre, dimos nuestro IV Curso de Iniciación a la Espeleología. Aunque en un principio íbamos a contar con cinco alumnos, las bajas de última hora hicieron que sólo se animaran dos, los cuales disfrutaron de un curso totalmente personalizado. 



La parte teórico-práctica en exteriores la realizamos en el Barranco de Viana de Jadraque. En esta ocasión coincidimos con otro curso de Iniciación impartido por el Club Abismo de Guadalajara. El despliegue de medios fue enorme, pues unimos sus instalaciones con las nuestras convirtiendo las paredes en un enorme parque de atracciones: pasamanos, péndulos, volados, desviadores, antirroces, pasos estrechos...




La gran organización del curso hizo que aunque fuésemos muchos los monitores y cursillistas totales, nadie estuviera parado en ningún momento.

Nuestros cursillistas Cristhian y Rodrigo, junto con sus monitores, Gabri y Aranda, acabaron el día habiendo pasado casi la totalidad de las dificultades que se instalaron en pared y que pueden aparecer cuando realizamos espeleología. El domingo completaron varios circuitos sobre las mismas instalaciones para asentar conocimientos.

Debido al gran nivel adquirido por Cristhian y Rodrigo, decidimos dar la parte práctica del curso en Cantabria, cuna del mundo de la espeleología.
Así pues, el fin de semana reservado para impartir la segunda parte del curso, pusimos rumbo al Valle de Asón. Nuestro primer objetivo para el sábado fue la Travesía Rubicera - Mortero de Astrana. Una bonita travesía con zonas de bonitas formaciones, 





 ...grandes verticales,...



...zonas de río y pasamanos atléticos...




...y una espectacular boca de salida.



El domingo hicimos algo más liviano pero no por ello menos bonito, nos acercamos a la cueva de Coventosa y después de montar un volado de 50 metros, visitamos la zona de Macarroni, dando por finalizado nuestro el curso de Iniciación a la espeleología.


¡Nos vemos en los subsuelos!