sábado, 4 de julio de 2015

Travesía Oñite - Risco o Sedo

Participantes: Carlos Heras y la que escribe, Pilar


Aprovechamos el pronóstico de buen tiempo para subir el fin de semana a Cantabria y realizar una visita al sistema Ozana, problemático con lluvias. El objetivo era la poco transitada travesía Oñite - Sedo, aunque intentaríamos seguir hasta Tiva si dábamos con el buen camino. 
Como siempre, madrugamos, y tras preparar material, comida y líquido, pusimos rumbo al barrio del Sedo para dejar instalada en fijo la boca que lleva su nombre. La Torca se encuentra justo al inicio de la ferrata del Risco y se trata de un pequeño pocete de 8 metros en los que por suerte no corría ni gota de agua.
Nuestro siguiente destino era la Torca de Oñite. Para ello cogimos el coche y pusimos rumbo a Riba, desviándonos a la izquierda después del puerto de la Cruz de Uzano. La carretera termina en una casa y bajando por un prado situado a la derecha de la casa se encuentra la torca, escondida entre una gran cantidad de vegetación. Un arroyo se cuela por ella, aunque en esta ocasión se encontraba también seco.


La Torca de Oñite se inicia con un resalte destrepable de unos 6 metros. Antes era utilizada, al igual que la Torca de Sedo, para arrojar basura. Parece que los vecinos se han concienciado y ahora se encuentran limpias, aunque una vez dentro nos encontramos restos metálicos y algún que otro plástico.

Al inicio se suceden varios pasos estrechos con agua y techo bajo. 


Pronto hay que tomar un nivel superior, nada evidente, cuya búsqueda nos hace perder un poco de tiempo. A continuación nos encontramos con una galería meandriforme, 


en la que impresiona los salientes rocosos de las paredes, 


su forma serpenteante... 


...y que, a tramos, se convierte en un túnel totalmente rectilíneo, simétrico y ovalado.


Recorriendo el meandro, Carlos se encuentra con una vieja conocida...


...y al final de la galería llegamos al pozo de 19 metros que te sitúa en la Sala Carballo.
Una vez aquí, avanzamos por la Galería de los meandros en la que aparecen numerosas formaciones. 


Entre ellas, algunos macarrones de más de un metro de longitud.


Las dimensiones de la galería van cambiando, más anchas, más estrechas, con techos muy altos y, a zonas, más bajos. 





El agua nos acompaña en casi todo el trayecto. En uno de los charcos nos encontramos un pequeño axolote, era el primero que veíamos en su hábitat natural. 


Hay que resaltar que el agua estaba completamente plagada de Niphargus (como pequeñas gambillas), en alguna ocasión los habíamos visto, pero no en tan grandes cantidades. 


Y poco a poco, disfrutando de las impresionantes dimensiones que toma la galería, llegamos a la torca del Sedo en tan sólo 5 horas desde la boca de Oñite. Localizamos la cuerda que nos llevaba al exterior pero intentamos continuar hacia Tiva. La galería se estrechaba hasta el punto de tener que arrastrarnos por el suelo y las inmediaciones de la torca estaban repletas de restos de basura. Plásticos, botellas rotas, latas corroídas...así que decidimos darnos la vuelta antes de sufrir algún corte.


Aún así salimos muy contentos de haber disfrutado de esta magnífica travesía. Es una pena que la basura arrojada en sus bocas haya dejado en el olvido este precioso sistema que no deja indiferente a nadie.