lunes, 7 de diciembre de 2015

Torca Tibia - Cueva Fresca

Participantes: Carlos Heras, Pilar, Carlos Aranda, y el que escribe Gabri


Estando en Laredo de tranquileo, acompañados de unas raciones con unas cervezas, deliberamos la opción de cambiar uno de los planes para el puente. Ya que hacia buen tiempo, estábamos con ganas y muy descansados, decidimos hacer al día siguiente la travesía de Tibia-cueva Fresca.

Nos levantamos temprano, pues teníamos por delante 1 hora y media más o menos de aproximación. Llegamos al parking, y tras cambiarnos de ropa, hicimos la correspondiente combinación de coches para cuando saliésemos por Fresca.
Debido a la nueva normativa, que refleja la necesidad de avisar al 112 para dejar constancia de la actividad que se realiza, los participantes, etc…llamamos y estuvimos en espera hasta que tras un rato nos atendieron, cosa que nos dejó un poco asombrados, esperemos que este nuevo método no entorpezca las posibles llamadas de emergencia.

Comenzamos el ascenso hacia la boca de Tibia, no sin tener que pelearnos un poco con el viento que nos íbamos encontrando según subíamos. Una vez llegados a la boca, y tras disfrutar del paisaje, 


nos enfundamos en el equipo vertical y comenzamos el descenso a través del estrecho pozo de 14 m de la entrada. Tras éste recorrimos una estrecha galería que nos dejaba en el pozo de 9 m. 


Al descenderlo y avanzar un poco, llegamos ante el primer pozo de 85 m que rápidamente Carlos empezó a descender, seguido de Pilar, yo y cerrando Aranda.



Una vez en la base y tras recoger las cuerdas, avanzamos a través de un meandro desfondado, el cual nadie recordaba que fuera así y después de apretarnos, avanzar en oposición, arrastrar las sacas…, llegamos al pozo de 19 m. Poco más adelante nos vimos descendiendo el pozo de 30 m hasta la base, 


momento en el que nos encontramos la famosa estrechez: un meandro con un par de curvas a la derecha que fuimos pasando sin problemas. 
Tras la estrechez llegamos al pozo del péndulo, en el cual hay que ingeniárselas para no tener problemas a la hora de recuperar la cuerda. Seguimos avanzando hasta llegar al último pozo de 85 m, que al descenderlo te deposita en la zona del río. 

Recorrimos las galerías del río rápidamente hasta llegar al pozo ascendente de 15 m, el cual es algo incómodo. De seguido subimos el otro pozo de 10 m, que tiene una salida algo estrecha. Llegados a este punto, avanzamos un poco y paramos a reponer fuerzas.



Comidos y bebidos decidimos seguir. Lo siguiente que encontramos fue la diaclasa de los parisinos, al pasarla y tras unas rampas y unos resaltes llegamos a la pedazo sala Rabelais. 

Fuimos avanzando a mano derecha por la Quinta Avenida...


...y tuvimos que pasar varios pasamanos, el primero de ellos era La Vira de la araña y tras éste, el Tracastin, momento en el que aprovechamos para beber el agua cristalina de unos gours.



Avanzamos por una sala llena de “barruten del bueno”, hasta el último pasamanos del bloque 64, y nos vimos saliendo por los laminadores de Fresca, en los cuales pensábamos que íbamos a mojarnos pero no, al final solo nos rebozamos por el barro.

Ya en la salida, aprovechamos para hacer la fotito de rigor, y bajamos corriendo desde Fresca a los coches, para tomarnos una cervecita bien merecida y comentar las anécdotas del día. Qué momentazos!!