sábado, 11 de junio de 2016

Travesía Calígrafos - Gándara

Participantes: Carlos Heras, Pedro, Kary, Álvaro, José y la que escribe, Pilar


Desde que se conoció la unión de la cueva de Calígrafos al sistema del Gándara, prácticamente todos los espeleólogos hemos hecho alguna entrada al sistema en busca de las galerías que llevan a Rio Viscoso. Hace unos años, en nuestra última visita a la cueva de la Gándara conseguimos llegar al mismo, pero todavía no habíamos encontrado el día para continuar con nuestro propósito.
No teníamos ni idea que los grupos de GEGET, Katiuskas y GAEM se habían tomado tan en serio este "trabajo" hasta que no coincidimos con Pedrito en uno de los campamentos de Semana Santa del grupo AEM Trasmiera. Fue allí donde todo empezó a cobrar forma y en Junio de este mismo año Pedro nos invitó a realizar esta impresionante travesía.
Quedamos el viernes con Pedro y Kary en la boca de la Gándara. Cuando llegamos Kary estaba esperando en el parking mientras Pedro había entrado a instalar en fijo el pozo de 40 m. En cuanto salió nos dirigimos al escenario de las Machorras donde pasaríamos la noche y donde esperaríamos a los otros dos integrantes del grupo que haría la travesía.

Nos levantamos el sábado temprano y, sin demora, pusimos rumbo al Puerto de la Lunada donde dejamos los coches. La niebla cubría toda la montaña. Nos equipamos y comenzamos a subir, Carlos se conocía un poco el camino por su entrada por Bustalveinte y gracias a la memoria de Kary llegamos a la boca prácticamente sin ver. Allí el día comenzó a despejar...me esperaba una boca más impresionante, tanto como los kilómetros de galería que se encuentran detrás de ella.


El comienzo es un poco penoso, un laminador descendiente algo mojado con bastantes bifurcaciones. Seguimos en todo momento a Pedro y a Kary que van delante. Llegamos a un pequeño caos de bloques y un resalte. Hay que tener un cuidado tremendo, pues los bloques siguen bastante inestables debido a las pocas visitas que ha tenido este sistema.
Poco más adelante, topamos con el río de la Conjugaison. 


Hacemos provisión de agua y seguimos con la travesía hasta llegar a la unión (Jonction). Este punto une la entrada de Calígrafos con la cueva de Bustalveinte, punto que Carlos todavía reconoce a pesar de los 10 años que le separan de su anterior entrada. Todos los cruces se encuentran muy bien balizados y con pequeños carteles que indican la dirección a tomar en los puntos clave, pero no me quiero ni imaginar qué pasaría si uno de esos catadióptricos se cayera o se moviese, puesto que un pequeño error puede introducirte en kilómetros de galerías muy poco transitadas.

Continuamos por la Tangente Verde hacia la Sala de la Sardina pasando por el Rio du Tigre. En el camino, nos encontramos impresionantes fósiles de tamaños inimaginables, 


recorremos bonitas salas de techos alucinantes...


...y pasamos por inmensas dunas de arena fina. Por fin, la sala de la Sardina.

Un pequeño e inesperado agujero entre bloques marcado con un catadióptrico indica la continuación y salida de esta gran sala.



Tras la sala de la Sardina nos dirigimos a la Sala Catalana pasando por la Sala de la Scooter y más adelante nos encontramos con el Rio Viscoso. 


El avance por el mismo es un poco penoso. En ocasiones gateroso, en ocasiones desfondado y durante todo el tiempo bastante resbaladizo. Una vez recorrido, llegamos al vivac 3, punto ya conocido por nosotros.


Después de una pequeña pausa, avanzamos por la galería hasta llegar al P50, que nos encontraremos instalado con cuerda fija. Lo subimos y continuamos por la galería Myottes. La morfología de la cueva cambia drásticamente, nos encontramos con enormes galerías fósiles, prácticamente vírgenes, con las paredes recubiertas de pequeños y brillantes cristales. 


Aunque su recorrido no es del todo cómodo por los constantes sube y baja, no tiene nada que ver con lo recorrido anteriormente. En cierto punto me parece ver un montón de pelos de yeso en el suelo, el poco tránsito de esa galería hace que todavía estuvieran en pie, los cercamos con piedras para que no fueran pisados. 


Al final de la galería vamos a dar con el Gran Pozo. Aquí nos desviamos al vivac 5 donde cogemos agua y descansamos un poco. Continuamos rodeando el gran pozo hasta una pequeña ventana instalada con cuerda fija. Un pequeño meandro nos lleva a una impresionante galería prácticamente horizontal. En cierto punto decidimos desviarnos para deleitar a nuestros sentidos con la Galería de las Anémonas, con impresionantes formaciones blancas que desafían la ley de la gravedad.






Continuamos nuestro camino encontrándonos con tres estalagmitas gigantes bautizadas, según Pedrito, por los tres corruptos. Su blancura es inigualable.




Avanzamos entre bloques y resaltes por un entramado un tanto laberíntico hasta llegar al conocido vivac1. El camino hacia el exterior era ya conocido, la galería Crucille, la Sala del Ángel con sus espectaculares excéntricas,...


... el P35, las Zetas, pasamanos del pozo del Oso y la rampa hasta la calle después de 17 horas de travesía. Una vez allí, ese momento de felicidad cuando por fin consigues algo que has deseado durante tanto tiempo. Tremenda travesía, no solo por su gran espectacularidad y la belleza presente en todo su recorrido, sino también por la gran compañía. Gracias Pedro y Kary por querer compartir estos momentos con nosotros y también al gran trabajo realizado por los grupos GEGET, Katiuskas y GAEM.