domingo, 14 de diciembre de 2014

Sima del Portillo

Participantes: Carlos Heras, Carlos Aranda, Javi, Gabri y la que escribe, Pilar


Después de visitar la sima del Carlista el día anterior, el domingo nos fuimos a visitar otra de las grandes del Cañón del Río Lobos, la Sima del Portillo. Se trata de la sima más profunda del parque natural después de haberse buceado los dos sifones y haber alcanzado los -162 m. 

Había estado lloviendo toda la noche y continuaba lloviendo por la mañana, pero eso no nos echó para atrás. Fuimos a Hontoria del Pinar y de allí a la sima, que se encuentra al lado de una pista forestal y es fácil llegar en coche.

Nos cambiamos rápidamente durante una pequeña tregua que nos dió la lluvia, y...manos a la obra. 


Comencé a instalar el pozo de entrada de 25 m. La boca es una fractura en forma de diaclasa, estrecha inicialmente, pero que va ensanchando conforme descendemos. Cuando llegué al final del pozo, Aranda se animó a instalar. Así que le dí el relevo en la base del pozo, antes de descender la gran rampa de piedras. Allí esperé hasta que alcanzara la galería que sale al final de la rampa a la derecha, pues es muy frecuente la caída de piedras a la par que peligrosa, ya que esta galería hace de embudo de todas ellas.

Para entrar en la galería hay un resalte de 4 metros, podemos instalar una cuerda y bajar al suelo o bien instalar un pasamanos aéreo que evita este destrepe y pasa por la parte superior del siguiente resalte, que es estrecho y entre bloques. 


A continuación nos encontramos un meandro cómodo que conduce al paso estrecho de Los Cepelados. 


Todos los pasamos sin problemas, ya que el suelo es tan liso que no hay lugar a que los aparatos se enganchen. Nada más atravesar el paso, instalamos una cuerda para superar un par de resaltes y un pequeño pozo. 


Avanzamos por una galería pasando por un pasamanos que evita un desfonde, en el cual ya se puede ver el agua en el fondo. 


Siguiendo por esta galería encontramos una cuerda fija que sube a otra galería superior y que continúa hasta el sifón terminal.

Al igual que el día anterior, nos da la sensación de que el aire estaba viciado, ya que cada paso nos fatiga muchísimo, así que nos dimos la vuelta y retomamos el camino a la calle. Javi empieza a desinstalar hasta el paso estrecho y yo continuo hasta el final de la sima. La vuelta a casa y a la realidad nos esperaba pero con el buen sabor de boca de un fin de semana espeleológico...como dirían algunos: ¡bien trabajao!