Participantes: Carlos Heras y la que escribe, Pilar Carrasco
Sólo disponíamos de un día del fin de semana y qué mejor plan que acercarnos a Villanueva de Alcorón y visitar algunas de las simas que nos quedaban por hacer allí. Esta vez les tocaba el turno a la Sima de la Orna y si salíamos con tiempo, la Sima Bustal III. El sábado madrugamos y pusimos rumbo a Villanueva. Ya conocíamos el acceso a la Sima de Manuel Mozo, así que fue relativamente sencillo encontrar la Orna.
Siempre habíamos oído hablar que la sima de la Orna era muy peligrosa por caída de piedras, quizá por ello la habíamos dejado como última opción hasta ese día. Se trata de una de las simas más profundas de la zona con -135 metros de desnivel. Una vez en la boca, Carlos comenzó a instalar.
La entrada presentaba mucha vegetación y musgo en las paredes. Nos encontramos con un primer pozo de 35 metros que finaliza en un gran embudo de piedras, cabecera del siguiente pozo de 100 metros.
Aquí hay dos opciones, montar un pasamanos en aéreo para evitar las piedras o bien bajar con cuidado la rampa hasta llegar a un desviador situado en un bloque. Elegimos la segunda opción, pues con cuidado se podría evitar la caída de piedras y la opción del pasamanos nos pareció incluso más peligrosa.
A continuación comenzamos a descender el pozo de 100 metros, bastante fraccionado. Las paredes del mismo eran enormes coladas por la que escurría un poco de agua. La verdad que nos llevamos una grata sorpresa con esta parte de la cueva, con bastantes formaciones para lo que la zona centro nos tiene acostumbrados.
Poco a poco fuimos bajando hasta llegar a la sala circular que pone final a esta sima.
La instalación había sido rápida, así que salimos lo antes posible para poder visitar, después de picar algo, la siguiente sima del día.