PARTICIPANTES: Carlos Heras, Pilar, Gabri y el que escribe, Javi.
Después de realizar el día anterior la travesía de Tonio - Cayuela y para cerrar nuestra Semana Santa espeleológica, decidimos atacar al Mortero de Astrana desde la Rubicera.
Desayunamos tranquilamente, y pusimos rumbo hacia Astrana para hacer la combinación de coches necesaria para disfrutar de esta travesía. Nos dirigimos al punto de partida y tras una hora de aproximación, llegamos a la boca de la Rubicera y subimos la famosa rampa de entrada con algún que otro resbalón.
Una vez dentro, fuimos avanzando por una amplia galería hasta llegar a un caos de bloques donde tuvimos que pasar la estrechez de la licuadora (que ya no es tan estrecha desde que la volaron). Una vez aquí nos desviamos un poco y pasamos por la galería del tambor en dirección a la sala de la teta, donde pudimos verla, así como los famosos e impresionantes pelos de yeso.
Pasamos la gatera en dirección al P.31, también conocido como el pozo del chocolate y de ahí hasta llegar al libro donde dejamos constancia de nuestro paso.
Seguimos por la vía Real, y después de pasar los pasamanos del P.90 hicimos una parada para comer y beber algo.
Seguimos por la vía Real, y después de pasar los pasamanos del P.90 hicimos una parada para comer y beber algo.
Continuamos por el meandro, y tras subir y bajar varios pozos nos metimos de lleno en el río Leolorna, donde no hubo más remedio que mojarse un poco hasta las rodillas para llegar a la zona de los pasamanos, los cuales esta vez no fueron tan sufridos para un servidor como la anterior vez del Acebo.
Sin más llegamos a la desembocadura del Cuivo donde un poco más adelante nos encontramos con la Sala de la Cascada.
Sin más llegamos a la desembocadura del Cuivo donde un poco más adelante nos encontramos con la Sala de la Cascada.
Y así y sin darnos cuenta, nos encontramos en las rampas del Mortero que nos indicaban que la luz estaba próxima, la cueva terminaba y las cervezas andaban cerca.
¡¡BIEN TRABAJAO!!