Participantes: Carlos Aranda, Pilar, Carlos Heras y el que escribe, Rubén
Después de bajar a las
profundidades de la Torca de la Grajera durante el día del sábado, decidimos
aprovechar la estancia en Espinosa de los Monteros para realizar la mañana del
domingo una actividad menos matadora que la del día anterior, en este caso la travesía
Basconcillos-Hoya de los Caracoles. La encargada del albergue nos comentó al
irnos que ella había hecho la travesía en su despedida de soltera, ¿nos
encontraríamos un grupo de mujeres allí? quien sabe…
El primer coche lo dejamos cerca
de la salida de la Hoya de los Caracoles. Impresiona ver desde la carretera el
gran puente de roca cercano a la boca, cómo la erosión y el paso de los años pueden
hacer tales cosas. El segundo coche lo dejamos próximo a la boca de
Basconcillos y caminamos hasta la entrada.
La travesía no entraña gran
dificultad técnica. Un pequeño despiste al leer la descripción nos desvió del
recorrido durante unos minutos. Pero nos dimos cuenta rápidamente al no
toparnos con la primera gran sala que aparecía en la topografía.
El rio apenas llevaba agua, en
comparación con fotografías vistas anteriormente en algunos foros, por lo que
apenas nos mojamos. Es más, alguno ni se mojo las botas, estas espeleo-cabras …
Menos mal que no hicimos caso a algunas descripciones de la travesía y escuchamos
la indicaciones del “Dire” que nos avisó previamente que dejáramos los
neoprenos en casa porque no nos iban a hacer falta.
Tras pasar la “Galería Mundilla”
(la playa de la Sala de Basconcillos), cogimos la galería del “Cañón” pero no
del Colorado, ese es otro…jeje. Imaginábamos que habría algo de agua pero sólo
nos mojamos hasta las rodillas (excepto alguno que iba por las alturas y ni la
cató).
Para acceder a “La Galería de las
Dunas” fuimos por la parte superior de la “Sala de las Ánimas”. El conducto que
accede a ella no se ve desde abajo, pero esta señalizado con un catadióptrico. Como
no, tocó reptar como serpientes ¿cómo no íbamos a arrastrarnos en esta
travesía? ¡pues a luchar con los tubos freáticos! Ahí sí que dimos gracias por
no llevarnos el neopreno…
Llegamos al sifón terminal donde
pudimos apreciar las líneas de espeleobuceo tiradas y ancladas por el suelo.
Tiene que ser bonito el bucear ese sifón, pero eso se lo dejamos a otros…con lo
bien que se va andando y sin mojarte.