Participantes: Carlos Heras y la que escribe, Pilar Carrasco
La sima de Grobias y la sima del Bochorno se encuentran muy
cerca en coche la una de la otra. Después de descender la primera y comer algo,
comenzamos la búsqueda de la boca del Bochorno. Cogimos el desvío de la
carretera que nos indicaba la descripción que llevábamos y continuamos por una
pista, a tramos en no muy buen estado, hasta acercarnos todo lo posible a la
sima.
Una vez allí, preparamos dos sacas repletitas de cuerda y
nos pusimos manos a la obra.
La sima del Bochorno fue durante mucho tiempo la
más profunda de Guadalajara con 149 metros de profundidad. Su primer pozo
cubierto de una gran cantidad de vegetación en su parte inicial lo convierte en
un lugar de gran atractivo.
Rápidamente cogí una saca y comencé a instalar.
Tras bajar el pozo, en el que te encuentras bonitas formaciones en su parte
final,
...se desciende una empinada rampa de piedras que conduce a una incómoda
estrechez.
Tras atravesarla, apareces en la cabecera del siguiente pozo de 70
metros. El descenso de este pozo está muy fraccionado por la cantidad de
bloques empotrados.
Tras este pozo, bajamos otros dos de 15 metros, el último
de ellos de gran belleza.
Una vez descendido, avanzamos por su base hasta
llegar a la cabecera del último pozo de 5 metros. En su base nos encontramos un
charco de agua y formaciones en todas las paredes de alrededor.
Sólo nos
quedaba retomar el camino de vuelta desinstalando y en poco más de 4 horas
volvíamos a ver la luz del día a través de la espectacular boca de entrada.