Participantes: Carlos Heras y Pilar
Desde la última entrada a Vallina donde conseguimos recorrer el río Grande, no se nos quitaba de la cabeza la idea de volver para intentar llegar a la galería de las estalactitas y la galería del río de cristal. Así que antes de pensarlo dos veces, pusimos de nuevo rumbo a Arredondo sabiendo que en ésta entrada pasaríamos muchas horas bajo tierra.
Como teníamos fresco el camino, tardamos unas tres horas y media en llegar al paso The Nipple Freezer. Esta vez si nos sumergimos con el agua hasta el pecho, y tras pasar los pasos de techo más bajo, giramos a la derecha para coger una amplia galería sin agua. La recorrimos en su totalidad hasta dar con un desfonde instalado con un pasamanos que te permitía pasar a la galería de la derecha, la Galería de los Elefantes.
Avanzamos por ella los primeros metros hasta realizar una poco visible trepada que nos dejó en la galería de las Excéntricas. Esta caótica galería estaba repleta de formaciones de gran tamaño que burlaban las leyes de la gravedad. Bien merecían una parada fotográfica, lástima que mi cámara ya se encontraba en las últimas.
Impresionados por la cantidad y la diversidad de formaciones, nos dirigimos a la galería del río de cristal. Con este nombre no sabíamos muy bien qué nos íbamos a encontrar hasta que llegamos allí y lo entendimos todo. Se trata de varias galerías de suelo blanco impoluto compuesto por millones de cristales de todos los tamaños, como si se tratara de un río de cristal.
Después de mil fotografías que no llegaban a mostrar la belleza real de aquel lugar, comenzamos con el retorno hacia Nospotentra, muy contentos de haber conseguido llegar hasta nuestro objetivo. Finalmente, después de 10 horas desde que habíamos entrado por la boca, salimos a la calle y volvimos al coche ensimismados todavía por las estampas que nos regala el subsuelo cántabro.
