sábado, 30 de abril de 2016

Iñeritzeko Lezia

Participantes: Carlos, Pilar y el que escribe, Gabri


Aprovechando que algunos teníamos un fin de semana un poco más largo de lo habitual, decidimos poner rumbo a Vizcaya. El objetivo era claro, la sima Iñeritzeko Lezia, una sima muy deportiva y con -330 metros de desnivel. Aunque en un principio íbamos a ser alguno más, finalmente nos quedamos en 3 participantes, con todo lo que ello iba a suponer…
El viernes después del viaje, nos alojamos en un albergue en el que había una extraña mezcolanza: peregrinos, espeleólogos e incluso una eminencia en astronomía que daba ponencias en Harvard, todos unidos bajo el son de música rock y punk de los años 90. Tras unas cervezas y alguna cosa más, y después de conversar sobre nuestra actividad del día siguiente, decidimos irnos a dormir, una retirada a tiempo….

Nos levantamos temprano, desayunamos, y cogimos el camino hacia Nabarniz. En el parking comenzamos a ensacar el material y al ver  todo lo que teníamos que llevar entre los tres, nos vino un pensamiento común: ¡esto se nos ha ido de las manos!


Como ya no había vuelta atrás, comenzamos la aproximación hacia la boca de la Iñeritze, cogiendo desde el barrio de Nabarniz el camino que asciende al monte Illuntzar. 
Una vez en la boca vimos el cartel explicativo de la sima, con la topografía y la ficha de instalación, momento que aprovechamos para tomarnos un respiro. 



Rápidamente, sin perder mucho tiempo, Carlos comenzó a instalar la cabecera y nos fuimos al interior de la sima.


El pozo de entrada, de 15 metros, nos deja en una enorme sala en rampa.


Avanzamos un poco para dar con la continuación de la sima y con un cartel que nos da la bienvenida y nos invita a disfrutar de la misma (o a que te lo pensaras dos veces antes de entrar). El cartel se encuentra justo en la cabecera del P27 (el más grande de la sima) al que le siguen varios rápeles que van a dar al primer meandro (alrededor de la cota -100). Poco a poco nos vamos pasando todas las sacas de material, sin prisa pero sin pausa, que aún quedaba mucho turrón por delante.


Después del meandro nos encontramos en la cabecera de un P20 algo estrecho, que descendemos sin problemas. Continuamos bajando pozos hasta dar con un segundo meandro. Esta vez la cosa se estrecha aun más, y tenemos que ingeniárnoslas para poder avanzar todavía con gran cantidad de material. Parecía que no llegaba el momento de tener las sacas completamente vacías y ya se nos empezaba a oír hablándole a la saca en algún tipo de dialecto…, al salir del meandro, seguimos descendiendo pocetes cortos y seguidos, algunos con desviador incluido y separados por grandes salas.


Entre pozo y pozo disfrutamos de bonitas formaciones y grandes banderas. 



Incluso coladas que cubrían toda la pared.


Según nos acercamos al nivel freático, el “barruten” es cada vez más pegajoso. Tras descender un poco más, nos encontramos con el tercer meandro, éste lo pasamos sin mucho problema porque ya no vamos tan cargados. Finalmente llegamos al conducto final donde están todos los sedimentos  a -330 m. 


Aprovechamos para echar la foto de rigor y sin demora empezamos a subir hasta encontrar una zona más limpia de barro. Una vez allí picamos algo y comenzamos a desinstalar.
A la salida, una granizada y un viento gélido nos esperaban para poner fin a 12 horas de actividad, cargados con 5 sacas hasta los topes con unos 500 y pico metros de cuerda entre tres. De camino a los coches solo podíamos pensar en la buena ducha y las cervezas fresquitas que nos íbamos a tomar como recompensa a tanto sufrimiento. Que dura es la vida del espeleólogo…:D



sábado, 9 de abril de 2016

Sima Bustal III

Participantes: Carlos Heras y la que escribe, Pilar


Después de haber visitado la sima de la Orna y repuesto fuerzas con algo de picoteo, nos dirigimos a la sima de Bustal III, a poca distancia de la Sima de la Orna. El gran atractivo de esta sima es su único pozo de 60 metros en volado que la convierten en el "pequeño Carlista" de la zona centro. 


Llegamos a la boca, que comienza con una corta galería. En la parte izquierda comenzamos con la instalación de un pequeño pasamanos que finaliza en la cabecera del P60. Montamos una 'Y' y directos al fondo de la sima. 


En la primera parte podemos disfrutar de bonitas coladas y formaciones, 


poco después las paredes se alejan formando una gran sala y pronto tocamos fondo. 


Sin duda una sima disfrutona, obligatoria de visitar.

Sima de la Orna

Participantes: Carlos Heras y la que escribe, Pilar Carrasco


Sólo disponíamos de un día del fin de semana y qué mejor plan que acercarnos a Villanueva de Alcorón y visitar algunas de las simas que nos quedaban por hacer allí. Esta vez les tocaba el turno a la Sima de la Orna y si salíamos con tiempo, la Sima Bustal III. El sábado madrugamos y pusimos rumbo a Villanueva. Ya conocíamos el acceso a la Sima de Manuel Mozo, así que fue relativamente sencillo encontrar la Orna.

Siempre habíamos oído hablar que la sima de la Orna era muy peligrosa por caída de piedras, quizá por ello la habíamos dejado como última opción hasta ese día. Se trata de una de las simas más profundas de la zona con -135 metros de desnivel. Una vez en la boca, Carlos comenzó a instalar. 


La entrada presentaba mucha vegetación y musgo en las paredes. Nos encontramos con un primer pozo de 35 metros que finaliza en un gran embudo de piedras, cabecera del siguiente pozo de 100 metros. 


Aquí hay dos opciones, montar un pasamanos en aéreo para evitar las piedras o bien bajar con cuidado la rampa hasta llegar a un desviador situado en un bloque. Elegimos la segunda opción, pues con cuidado se podría evitar la caída de piedras y la opción del pasamanos nos pareció incluso más peligrosa.

A continuación comenzamos a descender el pozo de 100 metros, bastante fraccionado. Las paredes del mismo eran enormes coladas por la que escurría un poco de agua. La verdad que nos llevamos una grata sorpresa con esta parte de la cueva, con bastantes formaciones para lo que la zona centro nos tiene acostumbrados. 



Poco a poco fuimos bajando hasta llegar a la sala circular que pone final a esta sima.


La instalación había sido rápida, así que salimos lo antes posible para poder visitar, después de picar algo, la siguiente sima del día.