sábado, 24 de noviembre de 2012

Travesía Caballos - Valle

Participantes: Carlos Heras, Julio García y la que escribe, Pilar Carrasco

Había  estado lloviendo toda la semana pero el fin de semana el tiempo nos daba una tregua y como le teníamos muchas ganas a esta travesía, decidimos subir a Cantabria a hacerla. Para Carlos era su segunda vez, pero para Julio y para mí era algo totalmente nuevo. 

A las 09:00 h de la mañana del sábado ya estábamos con el coche aparcado cerca de la boca de Caballos, ya desayunados y preparados para darlo todo. Sabía que la travesía iba a ser dura y nos iba a llevar bastante más de 10 horas, pero íbamos descansados y no nos faltaban ganas.



 

Nos pusimos a preparar las sacas y después a vestirnos. Fue aquí cuando Julio se dio cuenta de que no había traído el mono exterior…¡Momento de indecisión! ¿Meterse en la cueva con dos monos interiores o dejar la travesía para otra vez?...Al final Julio decidió entrar con los dos monos interiores, que sea lo que Dios quiera!















En media hora llegamos desde el coche a la boca de la cueva...
 


...y comenzamos a bajar en estrecho hasta llegar al primer resalto. 

Fuimos bajando uno a uno todos los pozos, 






muchos de ellos bastante regados, mucho más que cuando Carlos la realizó el anterior verano. 
 

En 1 hora y 45 minutos terminamos la vertical y tocamos suelo.

   

En ese momento nos dirigimos hacia el río, que llevaba muchísima agua. Supimos que nos íbamos a mojas inevitablemente, así que decidimos mojarnos desde el principio y reservar fuerzas evitando las oposiciones. Pocos minutos después de entrar al río yo ya iba mojada hasta el pecho…la travesía se iba a poner muy dura. 

 

Tardamos 4 horas y media en atravesar el rio y llegar al colector. Más de lo normal debido al caudal y la fuerza que llevaba el agua. Como ya se nos había hecho tarde, decidimos comer rápidamente para evitar volver a para más adelante, aunque esta pausa nos dejó bastante helados después de los chapuzones en el río.

Una vez recuperadas las fuerzas, nos pusimos en acción de nuevo. 






Como habíamos visto que la cueva llevaba bastante agua, decidimos evitar el sifón tomando la “Galería del Papel”. Esto puso la cosa un poco más dura, porque se trata de un laminador durante algo más de una hora, que te lleva al mismo punto al que se tarda 15 minutos en llegar atravesando el sifón.

Poco después del laminador, subimos la cuerda de escalada de 18 metros y continuamos por una galería meandriforme...



con varias cuerdas de subida hasta llegar a una última galería que te dirige directo al libro en escasos 400 metros. 



Ya estábamos en la unión con la torca de Canal. Habíamos tardado 9 horas en llegar allí. Firmamos en el libro rápidamente, bebimos algo y nos pusimos en marcha otra vez.



Nos quedaba por delante todos los laminadores, que tardamos en recorrer 2 eternas horas y media. 







Tras ellos se llega a la “Galería Cómoda”, que lo es después del sufrimiento anterior. Poco después se encuentra la “Sala de la Playa” donde se va recorriendo el cauce del río, unas veces con más agua y otra con menos, y evitando los caos de bloques encontrando sus pasos laberínticos sin dificultad.

Me sorprendió la “Galería de la Anguila” con agua hasta la cintura y techo bajo, lo que hace que el agua se vuelva oscura y llegues a preguntarte si realmente había vida dentro de ella, porque sería imposible de ver…o no...





Entre unas cosas y otras, cuando quisimos darnos cuenta estábamos “oliendo a calle”, finalizando la travesía al salir por la boca de Valle.

 
La verdad es que la travesía se nos puso muy dura, en total 14 horas, con mucho agua, calados desde el principio y alargándose al evitar el sifón, cuando salí por Valle pensé que era la primera y la última vez que la hacía, pero poco tiempo ha pasado y ya he olvidado los dolores, los moratones y el cansando. Seguramente si mañana me dijeran que si la quiero repetir, tardaría muy poco en enfundarme el mono e introducirme de nuevo en las profundidades de la torca de Caballos.